El río Sena automáticamente nos trae a la mente la ciudad de París, sus barcos y sus hermosos puentes; sin embargo hoy escribiré sobre su asombrosa fuente, el manantial del río Sena, donde nace muy chiquitito.
Visite conmigo la meseta de Langres, en Francia; y asómbrese con lo que hay allí, además del manantial...
¿Dónde nace el Río Sena?
El nacimiento del río Sena ocurre en un manantial, aproximadamente a 470 metros sobre el nivel del mar, en la meseta de Langres, cerca de la ciudad de Dijon, en la parte de la meseta que pertenece al departamento de Côte-d´Or, a 230 km al sudeste de París.
Luego corre hacia el noroeste, atravesando las ciudades de Troyes, Fontainebleau, París y Rouen; hasta que desemboca en un gran estuario, entre Honfleur y Havre, (Bahía del Sena), en el canal de la Mancha.
A lo largo de sus 776 kilómetros de extensión, desde donde nace el río Sena realiza un recorrido que podemos dividir en cinco secciones:
- El Petite Seine (Pequeño Sena), desde su fuente hasta la comuna Montereau-Fault-Yonne, donde recibe la afluencia del río Yonne.
- El Haute Seine (Alto Sena), desde Montereau-Fault-Yonne hasta París.
- En el curso que atraviesa París se llama "Canal de París".
- El Basse Seine (Bajo Sena), desde París a Rouen.
- El Seine maritime (Sena Marítimo), que va desde Rouen hasta la desembocadura en el Canal de la Mancha.
Por lo tanto, la cuenca del Sena abarca desde la meseta de Langres en la Borgoña, hasta su desembocadura en el Canal de la Mancha en el Océano Atlántico.
¿Qué hay en el lugar donde nace el Río Sena?
En la gruta del manantial (de agua perfectamente potable), me refiero al manantial principal, porque brota en diferentes lugares del terreno en esa zona; existe una estatua de Sequana y una piscina.
Sequana o Secuana era la diosa del río Sena en la religión galo-romana. El río se llamaba así, antes de renombrarse como Sena.
Aquella era la Diosa principal de la tribu gala de los Sequani que allí habitaba; y personifica los manantiales de agua pura en su nacimiento, que ellos atribuían a un regalo de la diosa.
En estos manantiales donde nace el Sena, llamados en latín "Fontes Sequanae" (Los manantiales de Sequana), en los siglos II a. C., los Galos construyeron un santuario y lugar de curación.
Este santuario en la fuente del río Sena fue reutilizado después por los romanos, construyendo ellos dos templos, un recinto de columnas, y varias estructuras relacionadas con las fuentes de agua y manantiales.
También hicieron unas piscinas, donde los creyentes en aquellas deidades podían sumergirse buscando la sanación de sus enfermedades y dolores.
Los Arqueólogos hallaron aquí muchos restos de alfarería, esculturas, cerámicas y utensilios de lo que fue el Templo Galoromano de Sequana; los cuales se exponen en el Museo Arqueológico de Dijon.
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